Gracias al apoyo del Centro de Equinoterapia Erre con Erre – Chillán, el equipo del Programa de Reparación de Maltrato (PRM) Portezuelo invitó a cinco niños y niñas, junto a sus familias, a realizar una sesión de equinoterapia.
Esta visita se orientó, principalmente, a aquellos usuarios diagnosticados con Trastorno del Espectro Autista (TEA).
Una de las aplicaciones más comunes de esta disciplina es el tratamiento de jóvenes y niños que han sufrido algún problema de relacionamiento y/o comportamiento, pues a través del contacto físico con el caballo se trabaja la conexión psicomotora y emocional de los participantes.
Entre sus múltiples beneficios se encuentran el fomento de la autoestima, mejoramiento de problemas conductuales, estimulación de la concentración y memoria, y disminución de la ansiedad.
La directora del programa, María José Bahamondes, aseguró que “la actividad fue muy positiva para los participantes, ya que estos ejercicios permiten de forma lúdica percibir los propios límites y vencer temores de forma segura, favoreciendo el sentimiento de autonomía en un entorno de conexión con la naturaleza”.