- Luego de la exitosa experiencia con 22 niños de entre 2 y 5 años del Programa de Prevención Focalizada de Quilicura, “Familias Power”, comenzó a aplicarse desde abril, en 20 niños de los Programas de Prevención Focalizada (PPF) de Coronel Norte y Sur. El programa de acompañamiento y educación para padres e hijos busca fomentar las habilidades parentales y cognitivas.
Alentar a los niños a jugar y explorar les ayuda a aprender y desarrollarse social, emocional, física e intelectualmente. En este proceso la familia es un pilar fundamental y un complemento a la educación que brindan las escuelas.
Hoy, debido al formato online de las clases, los padres, madres y cuidadores han tenido que ejercer un rol de docentes para apoyar a sus hijos en los estudios. Asimismo, el estrés causado por las circunstancias que acompañan la pandemia, hace que sea más necesario que nunca dotarlos de herramientas para afrontar este desafío con cariño y fortaleciendo los vínculos.
Conscientes de esta necesidad, en agosto de 2020, Fundación Ciudad del Niño decidió participar en “Familias Power” de Fundación Niños Primero. El programa elegido para el plan piloto fue el Programa de Prevención Focalizada (PPF) de Quilicura.
En total fueron 22 niños los que participaron en este programa, 8 hombres y 14 mujeres, de entre 2 y 4 (5) años, quienes durante 20 semanas accedieron a un total de 40 sesiones.
Los niños y niñas que participaron mostraron diversas dificultades en un principio, como: problemas de conducta y atención, poca tolerancia a la frustración y al seguimiento de instrucciones, así como inseguridades, entre otros. Mediante juegos y actividades realizadas junto a los padres, madres y/o tutores, la monitora trabajó cada una de dichas situaciones, a través de la estimulación y entrega de herramientas a los adultos responsables, para que, en un futuro puedan manejar las dificultades de los niños y niñas.
El programa piloto finalizó el 8 de enero de 2021. Durante el tiempo que duró el programa las familias mostraron su compromiso en la participación, desarrollando nuevas habilidades parentales y vinculares.
En la escala de parentalidad positiva, un 76% de las familias terminaron el programa en Zona Óptima, es decir, requieren para continuar fortaleciendo su relación padre/madre/hijo, una intervención para generar refuerzos positivos; 5% de las familias terminaron en Zona de Monitoreo, para lo cual se recomienda un acompañamiento en sesiones de consejería, psicoeducación y talleres de competencias parentales; por último, un 19% de las familias terminaron en Zona de Riesgo, esto significa que necesitan de una atención especializada en psicoterapia infantoparental y terapia familiar, entre otras.
Por otra parte, los adultos participantes, en una escala de 1 a 10, califican con la nota máxima el trabajo que se hizo con la monitora, la calidad de los materiales entregados y la utilidad del programa. Ellos mismos afirman: “Mis hijas han aprendido mucho. He aprendido a enseñarle a mi hija chica”, “Es una manera diferente de enseñarle a mi nieta, esta forma es mucho más entretenida que el colegio, porque aprende divirtiéndose”, “Estar en este programa, es como ganarse la lotería, todos los niños de nuestro nivel social deberían estar en el programa”, “Nos ha dado la posibilidad de interactuar más como familia.”
Tener espacios de participación familiar, generar hábitos y rutinas para crear tiempos de juego en familia, estimular de forma temprana a los niños y niñas y trabajar para que los más pequeños logren avances en la adquisición del lenguaje expresivo y comprensivo, conducta y atención, son solo algunos de los beneficios de este programa. El resultado esperado a largo plazo es que estas prácticas ayuden a disminuir la deserción escolar y fortalezcan el desarrollo cognitivo.
El éxito, la evidencia, la calidad y la repercusión positiva que “Familias Power” genera en los grupos familiares, llevó a que Fundación Ciudad del Niño implemente nuevamente este programa, en la Región del Biobío, en los PPF Coronel Norte y Sur, en un grupo de 20 niños y niñas.