Con el ánimo de contribuir al avance de las evaluaciones de los proyectos sociales, durante 2015 Ciudad del Niño continuará participando, en calidad de socia, del proyecto Fondef “Innovación Social Efectiva: Construcción de una Batería de Instrumentos Cuantitativos y un Soporte Tecnológico para Mejorar los Procesos de Medición de la Calidad en Programas Sociales”, implementado por la Universidad Católica.
En el marco del trabajo programado para este año, recientemente se efectuó una jornada técnica de validación de estándares, en la que la Fundación estuvo representada por el investigador Claudio Andrade, y cuya finalidad fue analizar la pertinencia de los indicadores y sus niveles de medición tanto en el umbral mínimo como de máxima efectividad de los mismos.
El proyecto sobre “Innovación Social Efectiva” propone construir instrumentos que permitan evaluar un programa poniendo el foco en la calidad de la oferta. Es decir, una herramienta confiable por su calidad técnica, transparente por su carácter público, disponible para cualquier iniciativa pertinente para mejorar la eficiencia del gasto y oportuna, en tanto estará diseñada para efectuar ajustes mientras el proyecto se desarrolle.
Lo anterior, permitirá aumentar la probabilidad de éxito de las evaluaciones de impacto, reducir el riesgo de inversión y adelantar los ajustes requeridos con un costo menor al de la vía regular. Por ello, constituye una innovación en la forma de gestión de la calidad de los programas sociales.
En síntesis, el proyecto busca proveer mejores condiciones para que empresas, instituciones públicas y ONG’s, no sólo establezcan nexos de colaboración más consistentes, sino un sistema de observación de la calidad de lo emprendido y de los desafíos y brechas que corregir. Asimismo, contar con los instrumentos propuestos reduciría costos, tiempos, riesgo de inversión y podría, al ser funcional y sencilla, aplicarse en forma más masiva.
Cinco ideas claves del proyecto
a) La importancia de la gestión de la información.
No se trata sólo de registrar información sino de saber cómo y para qué se usa. Los datos deben estar diseñados para responder oportunamente a las necesidades de información de personas y organizaciones. A este último tipo de atributos se llama “navegabilidad de la información”.
b) La urgencia de indicadores mensurables.
Se requieren datos medibles, sin embargo lo clave es saber de dónde surgen y cómo acotarlos. Esta iniciativa cuenta con un avance importante. Un proyecto FONDEF anterior permitió levantar, junto a once programas sociales, un modelo de gestión de calidad que contiene cuatro componentes y dieciséis variables, el cual fue testeado por un conjunto de expertos y comparado con otros modelos internacionales de gestión de calidad. Así está adelantado el “conocimiento tácito” de la organización. De allí que sea posible dar un segundo paso sustantivo: generar indicadores cuantitativos consistentes.
c) La calidad es saber enfrentar la complejidad.
Los programas sociales trabajan hoy en problemas de alta complejidad. Todas esas personas merecen una intervención de primera calidad donde el trabajo esté bien pensado y mejor realizado. Sin embargo, estudios chilenos muestran una relación inversamente proporcional. Entonces, encontrar caminos para fortalecer la coordinación y el acoplamiento entre diversos organismos, es una tarea sustantiva.
d) La importancia de hacer distinciones y capturar la heterogeneidad
Capturar la heterogeneidad de la demanda y ajustar la oferta haciendo distinciones pertinentes es, todavía, una agenda pendiente. Esto resulta clave para disminuir la brecha en la disposición de recursos, focalizar a usuarios y programas y escalonar la oferta de servicios.
e) Mejorar la toma de decisiones
La toma de decisiones en programas sociales se realiza en general tardíamente. Por tanto, no hay formas protocolizadas de incorporar cambios durante el desarrollo del proyecto. Esto sucede porque, entre otras razones, aún son insuficientes los instrumentos de medición rigurosos y cuantificables.