Equipo de investigadores del área clínica del Departamento de Psicología de la Universidad de Chile, presentó resultados de un estudio sobre narrativas de niñas, niños y adolescentes víctimas de abuso sexual, destacando el proceso de superación desarrollado en contextos de terapia. El tema fue abordado en el seminario “Psicoterapia en Agresiones Sexuales: la voz de los niños/as y adolescentes, sus padres y terapeutas”.
El encuentro fue organizado por profesionales del equipo U-Inicia de dicho departamento y la Fundación Ciudad del Niño, con la participación de los Programas de Reparación de Maltrato PRM Independencia y PRM Maipú.
Reparar o superar
Josefina Martínez, psicóloga del Centro de Estudios y Promoción del Buen Trato de la Universidad Católica y Directora del Centro Metáfora, abordó el tema “Abuso sexual infantil y Psicoterapia… ¿Reparación o superación?”. La profesional señaló que el objetivo de los terapeutas que trabajan con niños/as víctimas de abuso sexual, es la resignificación de la agresión como una experiencia que no determina y que no domina la vida, de modo que no se apodere de la identidad de las personas, integrándola a su propia biografía y poniéndola en perspectiva.
Para lograr esto -explicó- es fundamental que la terapia se oriente a construir narrativas de posibilidades más allá del trauma o daño, siendo capaces de entender la terapia como una experiencia constructiva y creativa.
La terapeuta se refirió al concepto de “reparación”, usado principalmente en los ámbitos jurídico y de derechos humanos, advirtiendo sobre los riesgos en el uso del vocablo “terapia en reparación”, entre ellos, que el énfasis está en las narrativas de trauma y daño, manteniendo la visión de algo roto que se trata de “reparar”, lo que puede tener un sentido cosificante y estigmatizador.
Por ello, abogó por el uso del término “superación” que describe la trayectoria de las personas que han sufrido agresión. “Este concepto admite la posibilidad de extraer aprendizajes de la experiencia vivida y vencer obstáculos bajo la posibilidad de avance, generando una esperanza”.
“La superación es descrita como un viaje largo, difícil y extenuante, como un proceso más que un resultado donde lo que importa es el viaje más que el destino final. La superación ocurre en el encuentro con el otro ya que la ruptura del silencio y el compartir la experiencia es la única posibilidad de abrirse para la resignificación y la integración”, indicó.
Narrativas de víctimas
Claudia Capella, coordinadora de la investigación “Proceso de superación de las agresiones sexuales: narrativas de los niños, niñas y adolescentes que han sido víctimas, sus padres y sus psicoterapeutas”, presentó parte de los resultados de este estudio realizado entre los años 2012 y 2014.
La doctora en Psicología y académica de la Universidad de Chile, señaló que si bien en el país se conoce la magnitud de las agresiones sexuales y la forma en que la sociedad da respuesta a través de los programas de intervención del Estado, en la psicoterapia faltan referentes para comprender el proceso de superación de las víctimas de abusos.
Por eso, el objetivo del estudio fue caracterizar el proceso de superación, identificando los factores que lo favorecen y lo dificultan bajo la perspectiva de los propios niños, niñas y adolescentes, sus padres y terapeutas. Las narrativas fueron realizadas por NNA que habían finalizado sus procesos terapéuticos a través de un egreso exitoso o dados de alta. La muestra final incluyó 27 casos, existiendo en 18 de ellos las tres perspectivas, y usándose la técnica de entrevista en profundidad. En el caso de los niños y jóvenes se utilizó material simbólico como dibujos y cartas, y con los terapeutas la técnica de grupo focal.
Ximena Lama, investigadora del equipo, señaló que la superación es concebida como un cambio positivo no solo en términos sintomatológicos. “Si bien los tres grupos de entrevistados se dan cuenta que hay un cambio en la sintomatología inicial –niños con síndromes ansiosos, depresivos etc- también hay uno asociado a la personalidad que lo visualizan vinculado al crecimiento y fortalecimiento que genera el proceso de superación”, sostuvo.
En ese sentido, indicó que “el proceso de superación es integrar la experiencia del abuso a sus vidas, entenderla y ponerla en la línea del desarrollo, para darles nuevos significados a esta experiencia”. Así lo demostraron las narrativas presentadas.
Sobre la terapia una niña de 8 años comentaba: “venir acá es muy bueno, porque me ayudó a superar lo que me había hecho mi tata”.
Sobre el crecimiento y fortalecimiento, una adolescente de 13 años dijo: “me ayudó a madurar mi forma de pensar, de expresar y sobrellevar las cosas. Di un paso grande a pensar en otra cosa y no preocuparme de lo de atrás”.
La madre de una adolescente indicó: “ella me dijo un día .. mami cuando nosotras logremos hablar de esto sin sentir dolor de guata, vamos a estar sanas”.
La terapeuta de un niño de 12 años comentó: “ahora está contento. Siente que es historia antigua, que puede dar vuelta la página”.
Sobre los nuevos significados de la experiencia, aparecen distinciones -destaca el estudio- donde “los adolescentes hablan del manejo del recuerdo, los niños del deseo del olvido, los padres de la identidad parental y los terapeutas de la elaboración e integración”.
“La superación se produce en un proceso que todos los entrevistados reconocen como difícil y largo. Aunque tengamos la visión de crecimiento y fortalecimiento, es doloroso para todos los involucrados”, señaló. El estudio estableció que este camino se da en etapas y que continua posterior a la terapia. Pese a esto, todos reconocen que la superación es lograble, principalmente a través de la psicoterapia, y que está influenciada por diversos factores, siendo necesario el apoyo familiar, social y contextual, desde las instituciones y del sistema judicial, que es percibido por los entrevistados como un obstáculo al proceso.