- En la actualidad, la fundación está presente en 10 regiones de todo el país, ejecutando más de un centenar de programas en las líneas de Protección, Responsabilidad Penal Adolescente y Prevención.
En un contexto de importantes cambios institucionales, sociales y económicos, Fundación Ciudad del Niño cumplió el 8 de junio 88 años de existencia, reforzando su compromiso de cambiar la realidad de la infancia y adolescencia en situación de vulnerabilidad.
La institución ejecuta programas orientados a la prevención, a restituir y proteger los derechos de la niñez en situación de vulnerabilidad, y apoyar a jóvenes en conflicto con la ley en el cumplimiento de sus sanciones judiciales. “Nuestro objetivo es que se reintegren a sus familias y a la comunidad y puedan lograr un desarrollo integral”, señala la fundación.
Ciudad del Niño inició sus actividades el 8 de junio de 1934, como respuesta a las apremiantes necesidades originadas por la crisis económica de los años treinta. En su primer año de existencia el organismo que inicialmente fue auspiciado por el Gobierno, atendió a 1.615 niños en el Hogar “Baquedano” y en el Centro de Estudio y Diagnóstico “Casa Central”, ambos en Santiago.
Un hito importante en la historia institucional, fue la inauguración, en 1943, de Ciudad del Niño, un complejo con 13 hogares, escuela, policlínico, teatro, canchas de juegos, jardines y calles, con capacidad para 1.100 niños. Este recinto fue cerrado en 2001 como resultado de la adhesión de nuestra Fundación, a las nuevas políticas públicas que privilegiaban la creación de residencias familiares con atención personalizada y nuevas líneas de atención a la infancia y adolescencia.
Previamente, en el año 2000, la institución había iniciado modificaciones en sus líneas de trabajo, con el fin de adaptarse a los nuevos programas impulsados por el Gobierno, en el marco de la Convención Internacional de los Derechos del Niño que el Estado de Chile suscribió en 1990.
Durante 2021 la fundación aumentó su presencia en la línea de protección de derechos, al pasar de 39 a 43 programas especializados en reparación del maltrato (PRM) y de 1 a 3 programas especializados en explotación sexual comercial de niños, niñas y adolescentes (PEE).
A lo largo de los años, la institución ha reforzado el compromiso con los niños, niñas y adolescentes (NNA) que atiende, y trabajado por entregarles a ellos y a sus familias una atención de calidad, humanamente cercana y empática con sus necesidades psico-emocionales.
“Nuestra preocupación es defender el insustituible rol de la sociedad civil en la atención de esta problemática. El mensaje es optimista y podemos decir que somos un gran equipo profesional y técnico, y antes que nada un equipo humano, con un propósito que nos trasciende y nos orgullece y por eso las personas que integramos esta institución, a quienes atendemos, son y serán siempre el centro de nuestros desvelos”, sostuvo el presidente de la fundación, José Pedro Silva.