- Con la finalidad de promover el conocimiento en los padres, madres y adultos responsables, respecto de las consecuencias que conlleva el uso indiscriminado de las redes sociales por parte de los estudiantes, los profesionales del Programa Especializado en Protección en Explotación Sexual Comercial Infantil (PEE) Ciudad del Niño La Serena, organizaron el taller “Riesgos en las redes sociales virtuales y sus consecuencias en niños, niñas y adolescentes”.
La pandemia ha provocado que muchos niños, niñas y adolescentes pasen un mayor tiempo conectados a internet, visitando páginas web, chateando y jugando en línea, entre otras actividades, muchas veces sin la supervisión de un adulto que vigile el contenido que ven. Información del Ministerio de Educación revela que si antes de la pandemia 1 de cada 3 niños y niñas pasaba más de seis horas conectado a pantallas después de la jornada escolar, esa cifra se duplicó durante la crisis sanitaria. Una dinámica que sin duda puede llegar a ser peligrosa.
Ante esta realidad, los profesionales del PEE Ciudad del Niño La Serena realizaron un taller para los adultos responsables de los jóvenes que asisten al programa, a través del cual les entregaron herramientas para que ellos logren identificar los riesgos existentes ante la sobreexposición a las pantallas, y así estar alerta y actuar en caso de evidenciar situaciones que pongan en riesgo a sus hijos.
Para crear conciencia, se mostró material audiovisual y se realizaron actividades de reflexión, donde fueron los mismos padres, madres y tutores, quienes desde sus vivencias expresaron la importancia de supervisar y concretar espacios de confianza con los hijos, a fin de prevenir situaciones de acoso virtual o de explotación sexual comercial.
El cambio de rutina, las clases remotas y el mayor tiempo de conexión a las redes sociales, generó un alza de las situaciones de acoso virtual que viven los jóvenes del país, situación que afecta su autoestima, rendimiento escolar y relación con sus pares. Una forma de tener control sobre esta lamentable realidad, es generar espacios de comunicación con los hijos y vigilar el contenido al cual acceden.