Poder Terapéutico de la Intervención Grupal

Autor: Andrés López Navarro, Director PRM Cordillera Fundación Ciudad del Niño.

¿Puede constituirse la Intervención Grupal en un dispositivo terapéutico tan eficaz y válido como la atención psicosocial a nivel individual?

¿Cuáles son los principales argumentos técnicos que sustentan el poder reparador de las intervenciones grupales con niños y adolescentes que han vivenciado graves vulneraciones de derecho?

A continuación se exponen los principales fundamentos teóricos que justifican la implementación de dispositivos de intervención grupal a nivel infanto-juvenil, los cuales, según diversos autores,  tienen un efecto terapéutico directo en los procesos de intervención reparatoria. (Moreno, 1966; Lewin, 1980; Rogers, 1982 & Kaes, 1995).

Estos fundamentos pueden constituirse en un cuerpo teórico general para justificar la pertinencia de las actividades de intervención grupal que son llevadas a cabo por los proyectos proteccionales de la Fundación.

1) Sentido de Pertenencia: La formación de un grupo supone el desarrollo de una identidad grupal, vivencias y elementos similares que generan progresivamente un sentido pertenencia y sentimientos de confianza entre los integrantes. (Fietz, 2002). Esto también atribuye un estilo de vinculación especial con el programa de intervención y su equipo.

2) Proceso de Cohesión Grupal: En forma progresiva los miembros valoran de forma importante el grupo, incluso pueden idealizarlo; “somos un buen grupo”, “somos unidos, como uno solo”. Este proceso se denomina estado de Ilusión Grupal[1]. Esto permite la generación de la sensación de un cuerpo grupal imaginario, el cual permite la contención afectiva por parte del grupo de las vivencias personales de los integrantes. (Anzieu, 1997)

Este punto es crucial, porque en esto se basa el efecto terapéutico del grupo, que es la posibilidad de la contención grupal, por sobre la contención emocional de un terapeuta a nivel individual, ya que, la experiencia de contención afectiva a nivel grupal, tiene una potencia y significancia sin igual para la persona que lo vivencia y a su vez beneficia a cada integrante del grupo y fortalece los niveles de cohesión.

3)  Resonancia Grupal: Este fenómeno grupal está sustentado en diversos procesos de identificación en base a experiencias similares, como por ejemplo vivencias de vulneración de derechos. Un grupo conformado posibilita la proyección y movilización de los síntomas sobre la dinámica subjetiva del espacio grupal. Por lo tanto, la intervención grupal contribuye a la remisión de los cuadros sintomatológicos. (Velasco & Pantoja, 2012).

4) Reducción del proceso de estigmatización: Es una de las áreas de daño importantes en niños que han vivido situaciones de vulneración grave. Esta dinámica se refiere a las connotaciones negativas que le son transmitidas al niño/a, como maldad, vergüenza y culpa. Estas connotaciones pueden ser transmitidas directamente por el abusador, quien puede culpar a la víctima de la actividad, degradarla o traspasarle el sentimiento de culpa por la conducta. La presión por mantener el secreto que impone el agresor a la víctima comunica poderosos mensajes de vergüenza y culpa. La estigmatización es reforzada por las actitudes que infiere u oye de personas de la familia o la comunidad.

Cuando los niños se dan cuenta en el grupo, que su experiencia es compartida por otros pares, la estigmatización se ve aliviada, ya que, esta dificultad se relaciona con la creencia equivocada de que por haber vivenciado una experiencia abusiva, será rechazado por los demás, lo que se expresa en tendencia al retraimiento y evitación del contacto con otros niños.

5) Autoconcepto: Las experiencias de participación grupal en los niños contribuyen en gran medida al concepto de sí mismo, ya que, el proceso de interacciones en el grupo aporta elementos identitarios importantes.

El hecho de que los niños se den cuenta que en grupo pueden establecer relaciones con sus pares en base a la empatía, los buenos tratos y compartir actividades; les devuelve una autoimagen positiva, mejorando su autoestima y capacidad de expresar sus deseos a un otro. (Fietz, 2002).

6) Socialización: Las instancias de intervención grupal posibilitan una gama de formas de socialización mayor que la intervención individual, donde los niños despliegan recursos y habilidades distintas al espacio individual. Los procesos grupales propician el desarrollo de sentimientos de confianza y autoeficacia en relación con sus pares y adultos. A través de estos procesos de sociabilización, siempre se debe promover la idea que la experiencia de vulneración es un hecho más dentro de su continuo vital y no determina su vida.

Conclusión

Creo que estos principios son una base para pensar una justificación técnica transversal a todos los dispositivos de intervención grupal que ejecutan los proyectos de la Fundación a nivel proteccional[2].

Considero que desde los argumentos ya señalados, es importante promover la capacidad creatividad y flexibilidad metodológica que tienen los equipos para diseñar y ejecutar intervenciones grupales con los niños, niñas y adolescentes que atendemos. Por ejemplo en PRM Ciudad del Niño Cordillera, se ha desarrollado desde abril 2016, en forma continua por 8 meses, un dispositivo de Trabajo Grupal con adolescentes, donde la metodología se basa en promover que el grupo defina los objetivos y actividades de las sesiones, como parte del plan de tratamiento reparatorio.

Conjuntamente nos queda el desafío como institución de profundizar en el tema, generar mayores instancias de aprendizaje y construir conocimiento sobre la temática de intervención grupal, considerando la importante experiencia que tienen los proyectos.

 

          REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
1 Anzieu, D. (1997). La Dinámica de los Grupos Pequeños. España. Biblioteca Nueva.
2 Fietz, C. (2002). Terapia Corporal en el Tratamiento del Abuso Infantil y Juvenil: Manual de Técnicas. Chile. Cuatro Vientos.
3 Kaes, R. (1995). El Grupo y el Sujeto del Grupo. Argentina. Amorrortu.
4 Lewin, K. (1980). La Dinámica de los Grupos. Argentina. Nueva Visión.
5 Moreno, J. (1966). Psicoterapia de grupo y Psicodrama, México. Fondo de Cultura     Económica.
6 Rogers, K. (1982). Grupos de Encuentro. Argentina. Amorrortu
7 Velasco, J & Pantoja M. (2012). El Sujeto y el Grupo. Instrumentos conceptuales para la exploración de la subjetividad. Universidad Autónoma de México.
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[1] Concepto de Didier Anzieu, que describe una forma de organización grupal basada en que cada integrante idealiza al grupo y no hay un proceso de diferenciación.
[2] En el caso de la línea RPA las intervenciones grupales deben evaluarse con otros criterios técnicos en función de los objetivos de cada programa.