Con un conversatorio sobre el tema “Elementos para la gestión exitosa de programas sociales”, en el que participaron equipos técnicos de los proyectos de la Fundación, junto a académicos de la Facultad de Derecho de la Universidad San Sebastián, representantes del Ministerio de Justicia y de Senda, el Coordinador del Centro Especializado de Delincuencia y Problemas del Comportamiento del Centro de Juventud-Instituto Universitario Montreal, Clément Laporte, cerró una intensa semana de actividades en Chile.
La jornada con el académico canadiense y principal conferencista de nuestro III “Seminario Internacional “Avances y Desafíos del Sistema de Justicia Juvenil”, se desarrolló en la Universidad San Sebastián, institución patrocinadora de este encuentro.
Durante su visita, Laporte recorrió uno de los Centros Cerrados y de Internación Provisoria del Sename, reuniéndose con profesionales del Departamento de Justicia Juvenil de esa institución, para conocer la realidad chilena y compartir su experiencia en la materia.
Entre sus actividades también figuró una reunión con el embajador de Canadá, junto a autoridades y representantes de la Fundación.
Al exponer en el III Seminario Internacional de nuestra institución, el experto subrayó la importancia de poner a los jóvenes en el centro de la intervención socio-judicial. Explicó que el Gobierno de Quebec confió la aplicación de la ley sobre delincuencia juvenil y el sistema de justicia penal para adolescentes, al Ministerio de Salud y Servicios Sociales, más que al Departamento de Justicia o a los responsables de la seguridad pública.
Destacó que el sistema de Quebec considera un proceso de judicialización, donde opera la discrecionalidad policial. “El policía observa una infracción y decide a discreción si amonesta al joven verbalmente, si lo manda a un programa de sensibilización y responsabilización, o no. Si la falta es lo suficientemente grave decide si envía la causa a un fiscal”, señaló. Agregó que dependiendo del delito, el fiscal está obligado a enviar al joven al Centro de Juventud donde un equipo psicosocial realiza una evaluación relativa a la responsabilización, el deseo de reparación y el riesgo de reincidencia del joven. Según esa evaluación, el caso puede ser desjudicializado.
En este proceso, las víctimas son contactadas y se busca llegar a un acuerdo con ellas, lo que puede desembocar en que el infractor realice alguna medida extrajudicial, como servicio a la comunidad. “Si hay 100 casos derivados a evaluación, 85% lo son a programas de desjudicialización”.
Afirmó que buscan evitar que los jóvenes lleguen a la reclusión, apostando por una protección pública permanente. “La idea subyacente es que la rehabilitación protege a largo plazo al permitir que los jóvenes se integren de manera responsable en la sociedad. Este punto de vista ha puesto a Quebec con las tasas de criminalidad más bajas e inspiraron a Canadá a adoptar leyes sobre la materia”, indicó.
Finalmente, el experto recalcó la importancia de diferenciar las intervenciones en función de las características de la juventud en general y de cada uno de los adolescentes en particular.